martes, 1 de diciembre de 2009

Sala Manca: Un poco de Historia


Es tremendo mirar atrás y darse cuenta que entre soles y lunas, aplausos y soledades, aviones, acentos, calles nuevas y lugares de siempre, han pasado veintitrés años. Casi un cuarto de siglo de aquella aventura de cuatro muchachos de provincia que decidimos apostar por el humor , allí donde decir a Shakespeare, Calderón de la Barca, Chejov, Tennessee Williams o ir "Más allá de las Islas Flotantes" de Eugenio Barba, era lo que garantizaba trascendencia y permanencia. Todo empezó como un chiste. Ese chiste que entraña la rebeldía de no permanecer estático en un mundo que estaba cambiando su fisionomía a cada hora. Ninguno de los cuatro actores fundadores del cuarteto humorístico Sala-Manca, recuerda con exactitud la fecha de la primera presentación, pero como dramaturgo del grupo, me tocará a mi romper el hielo y comenzar a contar la historia. Si mi memoria no me traiciona, la primera presentación fue en el mes de octubre de 1986, en el pre-universitario en el campo Ceiba I, a esa función inaugural, un poco improvisada, pero divertidísima, asistimos Jorge Luis Gonzáles (Actor y Músico) José Antonio Roche (Actor y Especialista en relaciones públicas... sobre todo con mujeres) Osvaldo Doimeadios (Actor y Director) y Jorge Luis Sánchez Noya (Actor, Dramaturgo... y el que escribe este artículo) Esa función tuvo dos pagos importantes, bocaditos de jamón Viking con queso proceso y una botella de ron y el más importante, la divertida que se dieron aquellos estudiantes de Ceiba I con nuestras locuras. Ese hecho nos dio la medida, de que andábamos por buen camino. Después siguieron varias presentaciones similares, el Club Abreu Fontan, el de Oficiales de la DAAFAR y el que implicó un verdadero punto de giro en el destino del grupo, La casa de la FEU de 25 y J en el Vedado. Allí nos vio Alejandro García (Virulo) y la propuesta de trabajar en el Teatro Karl Marx, la sede del Conjunto Nacional de Espectáculos y meca de la risa oficial por aquellos días, no se hizo esperar. Para entonces, Roche había metido la pata... Literalmente. Tuvo una fractura de tibia y peroné, durante un juego de pelota de escénicos contra músicos, en el torneo interfacultades del ISA y fue recluido en el apartamento del maestro Armando Suárez del Villar, por unos meses, en su lugar, el cuarteto hacía una de sus más valiosas adquisiciones Leonardo De Armas Figueredo, natural de La Sierrita, en el centro de la isla y tocado por el cosmos con la energía de los genios; pero esa... Esa es otra historia.

LA PUNTUALIDAD

¡Dicen que el problema no es llegar a tiempo, sino llegar…! ¡Qué clase de comemierda debe ser el que dijo eso…! ¡Por eso estamos como estamos…! ¡Hay que llegar y llegar a tiempo, porque la vida no espera por nadie…! ¡Yo siempre llego puntual…! ¡¿Por qué…?! ¡Porque calculo…! ¡Si hay tráfico en el Express way, salgo media hora antes…! ¡Si el carro está fallando, lo llevo al mecánico…! ¡Si tengo que pasar por otro lugar, hago una cita antes…! ¡Pero la gente no respeta el tiempo…! ¡Se lo pasan por el arco del triunfo…!  ¡Una vez tenía una cita para un casting…! ¡Bueno, porque soy actor…! ¡Y la chica que me dio el llamado, me dijo…! ¡Señor, por favor, sea puntual…! ¡Mire que los productores son muy quisquillosos con eso…! ¡La llamada duró tres minutos y cada cinco segundos me repetía lo mismo…! ¡Sea puntual…!  Cuando llegué al lugar de la cita, había cuatro personas más… Al principio deduje, que se me había ido la mano, porque llegué media hora antes, pero al ver que el minutero se estaba acercando más de lo normal, a la hora en punto de mi cita y que ninguno de los cuatro actores que me antecedían, entraba, pregunté… ¡¿Ustedes llevan mucho rato aquí…?! Y uno muy desinhibido me dijo: ¡No tanto…! ¡Como hora y media…! (TR) ¡¿Hora y media…?! ¡¿Y me lo dice así, con esa tranquilidad…?! ¡¿Ustedes saben todo lo que puede pasar en hora y media…?! Miren: ¡En hora y media, me hice ciudadano americano…! ¡Con himno, juradera, pasaporte y todo…! ¡En hora y media me operaron los cuatro cordales…! ¡En hora y media los japoneses atacaron Perl Harbor y los talibanes derribaron las torres gemelas…! ¡Y ese tipo me dice que hora y media no es tanto…! ¡En ese mismo momento, me dieron ganas de pararme de ahí, e irme para el carajo…! ¡Pero recordé, que desde mi última telenovela, no me había dado ni el sol como actor…! ¡Trabajé de security en un Home para ancianos, del cual me botaron, porque uno de los viejos con Alzheimer, se robó una guagua y se fue a un Gogó, con siete viejos, que estaban peor que él…!  ¡Hice casting para una película americana y resultó que era porno, gay y me iban a doblar…! ¡¿Por qué…?! ¡Pero si una de las mejores cosas que yo tengo es la voz…! ¡Después, conseguí trabajo en un Win Dixie y me echaron la culpa de un faltante que hubo en mi caja…! ¡Paseé perros y la dueña de una chihuahua de Coral Gables, me quiso demandar porque la perrita se preñó de un pastor alemán…! ¡Señores…! ¡¿Qué culpa tengo yo de eso…?! Como se lo dije… ¡Yo solo paseo a los perros…! ¡No me meto en sus preferencias sexuales…! ¡Si a la chihuahueña le gustó el pastor alemán, eso es problema de ella, no mío…! ¡¿Qué culpa tengo yo de que la puta perra sea tan pretenciosa y que el pastor alemán sea un abusador de menores…?! Por eso ese personaje tenía que ser mío… Cuando entré… ¡Dos horas después…! ¡Lo entendí todo…! ¡Los productores eran cubanos…! ¡Obviamente…! ¡Y es que yo sospecho que Albert Einstein tiene que haber tenido a un cubano de ayudante, cuando descubrió la Ley de la Relatividad…! ¡Claro, porque para los cubanos todo es “Relativo”…! ¡Sobre todo el tiempo…! ¡Por eso Fidel Castro lleva cincuenta años en el poder…! Fíjense si todo es relativo para nosotros, que somos los reyes de la comparación… Yo me acuerdo una ves que mi mamá estaba hablando en el portal de mi casa con una amiga y ese diálogo se me quedó grabado, tatuado en lo más profundo de la conciencia… ¡En este país no hay quien viva…! ¡¿Tú sabes lo que es que estuve dos horas en la cola de la leche por la libre y solo pude coger dos litros…?! ¡Ay, hija y yo…! ¡Estuve tres horas en la cola del pescado y cuando llegué al mostrador, el pescadero me dijo que no me tocaba, porque la semana anterior, yo había cogido picadillo de soya…! ¡Después de aquello, me monté en una balsa y el primer bown, lo di en Cayo Marathon…! Mientras el mal del otro sea menor que el nuestro, estamos salvados. No importa si estamos jodidos… Mientras haya uno más jodido que nosotros, todo está bueno. Y eso lo comprobé en el casting… ¡¿Cuál es mi personaje…?! Bueno, es un cura que lucha contra su homosexualidad, porque está enamorado del protagonista de la novela, que se quiere casar con su media hermana, lesbiana. Dije: ¡Coñó…! ¡Ya la hice…! ¡Que clase de personaje…! ¡Que nivel de complejidad psicológica…! ¡Esto va a ser un batazo por el center field…! ¡Nominado a un Emmy o de perdida, a un TV y Novelas…! ¡Entonces se me ocurrió hacer la pregunta de los sesenta y cuatro mil pesos…! ¡¿Cuántos capítulos tiene el personaje…?! ¡Bueno, por el momento sale en uno solo, dándose latigazos en la espalda…! (SILENCIO)  ¡Pero es una escena clave en la trama…! ¡Eso siempre es lo que te dicen cuando el personaje es una mierda…!  En ese momento tuve ganas de matar… Se apoderó de mí el espíritu de Aníbal Lécter o de cualquiera de los otros asesinos en serie, conocidos o por conocer. Pero no tuve más remedio que contar hasta diez, respirar profundo y darme bombo y platillo a mí mismo… ¡No hay personajes pequeños…! ¡Lo que hay son malos actores…! ¡Mentira…! ¡Si hay personajes pequeños…! ¡Y también malos actores…! ¡Y lo peor  es que los malos actores, terminan siendo los protagonistas…! Por eso cuando salí de ahí, me revelé… ¡Al carajo albañiles, que se acabó la mezcla…! ¡No vuelvo a llegar puntual a ninguna parte…! ¡Si los demás no respetan mi tiempo, yo no tengo que respetar el tiempo de ellos tampoco…! La semana pasada tenía función aquí en el teatro… El telón se levantaba a las ocho y media y yo llegué a las  nueve y cuarto… ¡El que quiera verme, que espere…! ¡Total…! ¡Una pila de veces yo he tenido que empezar a las nueve y media, porque fulanita avisó que venía para acá, pero está atrasada y la pobre, compró las entradas desde la semana pasada…!  ¡¿Dónde se ha visto que los actores tengan que esperar por el público…?! ¡Aquí en Miami, nada más…! ¡Porque en Broadway o en Inglaterra, de contra que pagas una entrada carísima, que te tienes que comprar tremenda ropa para ir al teatro y coger un taxi, que te clava la carrera hasta el tuétano…! ¡Si llegas tarde, no entras…! ¡¿Y el boleto…?! ¡¿Te lo envuelvo o te lo vas a comer aquí…?! ¡Porque no hay rebate, ni Money back…! ¡Llegaste tarde…! ¡Te jodiste…!  Cuando llegué al teatro, sospeché algo raro… No había nadie… Primero, pensé, que como siempre, todo el mundo iba a llegar tarde… ¡Que bien hice…! Pero el jefe de escena me sacó de mi error… ¡El público se fue…! ¡Esto estaba lleno y tuvimos que devolver las entradas…! ¡Hoy fue el día que más vendimos…! ¡Berraco…! ¡Y tú te diste el lujo de llegar tarde…! Cualquiera en mi lugar diría que esto no es un problema de puntualidad, es una cuestión de mala suerte… ¡No señores, bájense de esa nube…! ¡La mala suerte no existe…! ¡Esa la hacemos nosotros todos los días con nuestras actitudes…! ¡Por eso, siempre llego temprano…! ¡Me visto…! ¡Me maquillo…! ¡Repaso la letra mentalmente y espero a que me den la tercera llamada…! ¡Y si no hay público…! ¡No importa…! ¡A mí me bajarán de cartel; pero ellos se lo pierden…!